Joel Ayala Almeida ha sido líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) desde 1998 y se ha reelegido para 2019, por lo que acumulará 21 años en el cargo. El Senador priista de 71 años representa a 89 sindicatos y un millón y medio de burócratas. Desde el 2000 fue denunciado ante la PGR por fraude hipotecario a trabajadores.
Durante el panismo se enfrentó a la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo y con el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. En contraste, Ayala, conocido como «El vicioso» por su gusto al juego y alcohol, durante este mes del proceso de transición ha declarado estar de acuerdo con la propuesta de Andrés Manuel López Obrador sobre descentralizar las dependencias si se garantiza vivienda, educación y salud. Para ello, dijo, se cuenta con el Fovissste y Pensionissste, recursos de los empleados.
Analistas advirtieron que este líder corporativista, que ha sido «un lastre» para los derechos laborales y ha tenido poca participación legislativa, está intentando mimetizarse con el próximo Gobierno federal para evitar ser tocado y no perder el poder que le queda con las cuotas sindicales, ahora que no será plurinominal en el Congreso.
Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).- En diciembre de 2012, unos días después de su cumpleaños 66, el Senador priista Joel Ayala Almeida, sentado en su sillón de la Cámara Alta frente a una taza de café y agua embotellada, veía fotos de una celebración en plena sesión legislativa. Hacía pausas para contemplar en donde él salía sonriente. Le enseñó un par de imágenes a una compañera. Doce años antes, el 21 de diciembre de 2000, un día después de su cumpleaños 54, y a sólo dos años de tomar el cargo como líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), fue denunciado ante la Procuraduría General de Justicia (PGR) por fraude con créditos hipotecarios.
Ayala Almeida, sonorense de 71 años, es conocido –dicho por sus compañeros del Senado, incluso– como «El vicioso» por su afición al juego y por sus supuestas adicciones a sustancias tóxicas. De niño, le decían «El Milusos» porque vendía dulces y raspados en su natal San Luis Río Colorado para apoyar el sustento familiar, documentó Francisco Cruz Jiménez, autor de Los amos de la mafia sindical (2013).
Ayala ha sido líder de la FSTSE durante 20 años desde 1998, y fue sido reelegido hasta febrero de 2019. También fue Diputado federal plurinominal (1979-1982;1997-2000) y Senador (2000-2006; 2012-2018), siempre en representación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero nunca ha tenido una sola intervención en la tribuna del Congreso y sus iniciativas han sido en conjunto.
Cercano a los priistas Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y Eruviel Ávila Villegas, analistas lo señalan de ser parte del sindicalismo corporativista que ha frenado los derechos laborales. Pero ahora, que no será plurinominal, ha «perdido fuerza» y por ello, en contraste con sus enfrentamientos con el panismo, «se está alineando» a Andrés Manuel López Obrador de Morena a través de su propuesta de descentralizar las dependencias para no perder el poder que le queda ni ser tocado, considerando que el proyecto es «poco viable».
«Es uno de los charros fuertes porque controla el sector burocrático, pero en realidad es fuerte por inercia porque no tiene base social; ya perdieron el poder político con la salida del PRI», aseguró Alfonso Bouzas Ortiz, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en sindicalismo y legislación laboral.
Desde la perspectiva de los derechos de los trabajadores, «es un retroceso, un lastre», aseveró Alfredo Bravo Olivares, académico en Economía Política de la UNAM. «Ha sido partícipe en la Reforma Laboral, parte de los que han masacrado a la clase trabajadora primero a través de la eliminación de los derechos laborales y con el sistema de pensiones. Jugó un rol turbio con el Pensionissste por la falta de transparencia», evocó.
Aunque deje su cargo como legislador, seguirá teniendo las cuotas sindicales, alertó.
Es economista, aún Senador priista y líder sindical de un millón y medio de trabajadores aglomerados en esta Federación que data desde la década de los treinta, actualmente conformada por 89 sindicatos, incluyendo el de las Secretarías de Estado, del Metro, del Gobierno de la Ciudad de México, de Diputados, de Senadores, de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), entre otros. En la década de los 70 controlaba el Sindicato de la Secretaría de Salud, ahora dirigido por su sobrino Marco Antonio García Ayala, vicepresidente de la Federación.
Alfredo Bernardez González, especialista en recursos humanos de la Universidad Iberoamericana, dijo que Joel Ayala «representa todavía de los últimos líderes del sindicalismo corporativista en México, esto es, aquellos líderes que son puestos por conveniencia del Estado más que por una gran identificación de su clase».
En enero, el líder sindical negoció con la Secretaría de Hacienda un aumento salarial de 5.1 por ciento a casi 2 millones de empleados públicos, además de garantizar que no habrá despidos de servidores públicos por el término del sexenio. Durante ese anuncio también informó que como ya fue tres veces Diputado federal, dos veces ha ocupado senadurías y también ha sido asambleísta, «ya no buscaré estos cargos», para concentrarse tiempo completo en la FSTSE.
Durante la LXIII legislatura, en abril de 2016, en conjunto con otros Senadores y como Secretario de la Comisión de Vivienda, presentó un decreto para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. El 18 de octubre de ese año, presentó en conjunto otro decreto sobre la Ley de Vivienda, en materia de subsidios. Y en octubre de 2015 participó en el decreto por el que se propuso reformar otras fracciones de esa Ley.
«SERVILISMO» A LÓPEZ OBRADOR
Ante la próxima administración, el líder de la burocracia Joel Ayala Almedia se muestra «servil» ante el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador para «sobrevivir políticamente» ahora que no será plurinominal y su poder es menor frente a otros sexenios, afirmaron los especialistas.
En 2009, le hizo un llamado al entonces ex candidato presidencial López Obrador para que «sacara las manos» del movimiento de los electricistas en el marco de la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza.
Ahora, durante julio, el representante de los trabajadores del Estado declaró reiteradamente que considera factible la propuesta de descentralizar las dependencias, siempre y cuando se les garantice vivienda y servicios de educación y salud en las entidades a donde se trasladen. Para ello, dijo, «tenemos el soporte para construir las viviendas vía Fovissste y vía Pensionissste», aseguró. «Que lleguen en mejores condiciones de las que tienen en la Ciudad de México y que estén de acuerdo con el cambio», consideró en entrevista radiofónica.
El economista Alfredo Bravo Olivares afirmó que «se está alineando y diciendo que los recursos de los trabajadores están ahí» a pesar de que el proyecto aún no cuenta con un estudio que garantice viabilidad, por lo que «pone en riesgo el dinero de los trabajadores». Eso, calificó, «es servilismo; se está posicionando políticamente con los recursos de los trabajadores, ¿cómo está dispuesto a invertir el dinero que no es de él?».
Para Alfonso Bouzas Ortiz, investigador de la UNAM en sindicalismo y legislación laboral, «está mandando señales de paz, ‘no quiero meterme contigo, no me toques’ (…) Si Andrés Manuel López Obrador es consecuente con lo que Morena anunció en su campaña, tendrá que trabajar por desarticular al sindicalismo corporativo y en el caso particular, Joel es una de las expresiones más fuertes», afirmó. «Pierde el poder político y sus representados van a empezar a formar organizaciones sindicales que le disputen la representación», previó.
El académico de la Iberoamericana, Alfredo Bernandez, expuso que le está diciendo «que no entrará en confrontación directa» porque, consideró, es muy inteligente.
«Sabe que estos cambios no pueden hacerse de inmediato. Si Ayala estuviera en este momento en contra, sería poner en duda su legitimidad como líder y no vale la pena empezar pleitos con un Gobierno sobre una propuesta que es poco viable, sobre todo por la capacidad financiera del Estado», dijo.
«Va a tratar de mimetizarse con el Estado, va a tratar de ser lo más dócil posible e intentar no enfrentarse. Hará lo que ha sido experto toda su vida: el gatopardismo. Hacer que las cosas cambien, pero sin cambiar absolutamente nada», declaró. Aunque su representación bajará, previó, al no tener un sector obrero fuerte en el Congreso.
A un mes del proceso de transición, el representante sindical Joel Ayala ha planteado que se reunirá con López Obrador y ha propuesto la necesidad de realizar un estudio para determinar la viabilidad; «nada a la carrera» sino de forma «gradual». Por el momento, ha platicado con Julio Scherer, virtual Consejero Jurídico de la Presidencia, y con Esteban Moctezuma, el próximo Secretario de Educación.
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En entrevista con Reforma, Ayala Almeida detalló que donde hay «inquietudes» es en las ciudades o estados que no son accesibles para los trabajadores, como Tamaulipas, Michoacán, Guerrero o Tabasco, «que es el primer lugar en secuestros». Calificó de «un caso extremo» Chilpancingo, Guerrero, «donde lo que vemos todos los días son cruces de balas».
En esta incertidumbre, «la acción de los sindicatos es insistir en que esto no es conveniente», por lo que la Federación no estará dispuesta a ceder. «Riesgo sería doblarnos, que no ha sido jamás la posición de la FSTSE. No nos doblamos ni nos hincamos ni tenemos temor a nada», declaró al rotativo.
No obstante, «estos líderes van a tratar de mantenerse a cualquier costo. La mejor estrategia es no tener ningún enfrentamiento con el Estado», agregó el académico de la Iberoamericana, Alfredo Bernandez.
El economista Bravo Olivares dudó que la administración de López Obrador combata a lo que queda del sindicalismo corporativista. «Va a seguir la estructura sindical que irá en detrimento de los trabajadores», dijo. «Está en una etapa de conciliar y generando alianzas con ese tipo de personas. Habrá que esperar».
SU DUDOSA FORTUNA
«Regentear la FSTSE le ha permitido disponer mensualmente de 2 millones de pesos que reditúa por concepto de cuotas de los afiliados, que se suma a su salario mensual como Senador», escribió sobre Joel Ayala el periodista Francisco Cruz Jiménez, autor de Los amos de la mafia sindical (2013).
En noviembre de 2012, el líder sindical declaró: «los sindicatos afiliados a la FSTSE ya practican la rendición de cuentas con sus agremiados».
Como Senador, no ha hecho pública su declaración patrimonial. De acuerdo con trabajadores integrantes de 18 dependencias que forman parte de diversos sindicatos agrupados en la FSTSE, citados por La Crónica en 2004, acumula más de 15 millones de dólares.
Tiene cinco casas en la capital del país, un penthouse en la colonia Condesa (Ciudad de México), una casa en Acapulco (Guerrero), un departamento en San Diego, California y casas en Tijuana (Baja California), según la investigación realizada por los trabajadores, así como un jet privado, autos deportivos y una cuadrilla de ocho caballos pura sangre.
Celebrando el cumpleaños de un gran lider y amigo, el Senador @JoelAyalaA. ¡Muchas felicidades! pic.twitter.com/hABhcGamtP«
— Elvia Hernández G. (@elvia_garc) 15 de diciembre de 2015
En diciembre de 2003, en pleno conflicto con la separación del Sindicato de Trabajadores de la Educación, Ayala festejó su cumpleaños en el Farallón del Pedregal, con vista al Océano Pacífico, con la presencia de cientos de invitados. La fiesta fue amenizada por el mariachi de Juan Valentín, quien le cobró 200 mil pesos, y por el maestro Antonio Muñiz, quien le cobró 700 mil pesos por dos horas de show, documentó en esa columna María Luisa Vivas, ahora editora de la revista Proceso.
Ese mes un grupo de sus agremiados decidió separarse de la federación e irse con la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo. «¡A ver qué hacen sin cuotas!», le advirtieron. Tres años después, en 2006, Ayala amenazó al Gobierno del panista Felipe Calderón -cercano a «La Maestra»- que provocaría un paro nacional si se negaba un bono a trabajadores del Estado.
EL FRAUDE HIPOTECARIO
En 1938, la Federación Nacional de Trabajadores del Estado «Por un Estado al Servicio del Pueblo», organizó el primer mitin en la historia de los trabajadores del Estado, en apoyo al gobierno cardenista, para que se elevara a la categoría de Ley el Estatuto Jurídico. Fue la primera vez que se vieron juntas las organizaciones burocráticas existentes.
Un año después se logró el primer diputado priista de extracción FSTSE, Alfonso Peña Palafox, y el 28 de febrero de 1942, se integró la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), uno de los tres sectores del PRI. Para 1958 resultó electo Presidente de México, Adolfo López Mateos, quien fue Secretario General de una Sección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, organización Sindical afiliada a la Federación.
Pero en 1998 arribó Joel Ayala.
Francisco Rodríguez, uno de los periodistas que más lo siguieron en diciembre de 2003, en el climax del conflicto con la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, escribió en su columna que desde el arribo de Joel Ayala a la dirigencia del SNTSA ha mantenido su predominio «apoyando a sus incondicionales en las secciones sindicales con dinero y carteras» y «aislando e incluso expulsando del sindicato a quienes no se pliegan a su línea».
El reportero ubicó a Catarino Rodríguez como su chofer desde 1977. A cambio de hacerle «de bufón para divertir a sus hijos y a quien incluso llegó a golpear en algunos de sus frecuentes excesos etílicos», lo colocó en varias carteras del sindicato incluso la presidencia del Comité Nacional de Vigilancia y Justicia, aunque «utilizándolo en muchas ocasiones como prestanombres en operaciones ilícitas». Catarino murió presuntamente en un accidente.
El periodista Francisco Cruz Jiménez, autor del libro Los amos de la mafia sindical (2013), escribió que desde los primeros meses de 2001, la PGR investigaba a Joel Ayala y a otros dirigentes burócratas —entre ellos Óscar Mario Santos Gómez, del Comité Ejecutivo Nacional, y los chiapanecos Javier Álvarez Ramos y Guillermo López Rodríguez— por presunto fraude con créditos para vivienda. Fueron denunciados por 41 trabajadores de 12 dependencias federales en Chiapas, y finalmente el número de inconformes aumentó a 151 burócratas beneficiados en febrero de 2000 con créditos por 161 mil pesos para vivienda.
«Presentada el 21 de diciembre de 2000, la denuncia penal atribuyó a la FSTSE la manipulación del lenguaje para alterar el destino de los préstamos», documentó Cruz. Los demandantes solicitaron créditos del Fondo de Vivienda del ISSSTE para comprar casas en Chiapas, pero la federación de sindicatos los convirtió en créditos para construir.
Los denunciantes alertaron que una constructora privada, Argos-Quma, recibió el contrato para construir las viviendas sin licitación en una zona de Tapachula no urbanizada, sísmica, en terrenos más pequeños de lo pactado y con materiales de baja calidad. El ISSSTE, al igual que la hipotecaria social Infonavit, no interviene en la selección de la empresa que edifica las viviendas; fueron los líderes sindicales quienes eligieron a la constructora y pidieron cambiar el carácter de los créditos.
«Cuando los trabajadores se pusieron a hacer preguntas sobre, por ejemplo, por qué los contratos no tenían fechas, por qué no había especificaciones de obra o por qué no venía el número de lote o manzana, los líderes advirtieron que si no firmaban, se exponían a que les cancelaran el crédito», narró el periodista.